Me despierto, y vuelvo a sentir esas nauseas que hacen que cada mañana sea la misma rutina. Sin nada que resaltar.
Me quedo en casa, mirando como pasa el tiempo en un reloj de cuco sin manecillas, sin horas, sin tiempo.
Mis pies juegan aburridos entre sí, sin nada que recorrer, sin distancias por las que caminar.
Mis ojos, verdes, ahora no ven nada, todo está oscuro. Vislumbro una pequeña llama de luz.
No, sólo ha sido, de nuevo, mi imaginación.
Otro día más, la misma rutina, sin nada que altére mi adrenalina, sin nada que haga que mi conciencia deje de pensar por unos instantes.
Supongo que es así como se siente alguien que está muriendo.
Aunque recuerdo que alguien dijo "carpe diem" ; qué, ¿provamos?.
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